SU MAJESTAD LA TILDE:
UN CAMINO PARA LLEGAR A LA ACENTUACIÓN
Esa tarde, después de recoger las historias creadas por los
estudiantes, Eduardo, profesor de español, observó que algunas hojas dejaban
escapar líneas acuosas que semejaban pequeños ríos sobre el escritorio del
salón de informática. Sorprendido en cuerpo y alma, separó rápidamente las
hojas y detectó que el líquido provenía de las palabras formadoras de textos.
También escuchó un murmullo que salía del enjambre de palabras de uno de los
monitores de los computadores y quedó perplejo al escuchar:
- ¡Ya está bueno de tanta degradación! -exclamó Aguda.
- ¿Por qué les cuesta aprender a tildar? –Interrogó Grave.
- Tan fácil que es eso –terminó diciendo Esdrújula.
- ¿Y dónde está Sobresdrújula?
- Tú sabes que ella es poco común. Problema somos nosotras
–replicó Grave.
Eduardo tomó una distancia prudente y prosiguió escuchando a
las palabras, Grave y Aguda, que en decisión unánime decidieron buscar una
solución que ayudara a los estudiantes en la acentuación de ellas. Querían ser
las mediadoras en el proceso de cómo tildarlas correctamente. Cada una tenía
una misión, por lo que abandonaron las oraciones y diseñaron estrategias que
Eduardo vio y escuchó. A la vez, decidió tomar los apuntes relevantes que aparecieron
en el monitor.
- ¿Quién expone primero? –enfatizó Esdrújula.
- Arranco yo – dijo Aguda, en espera de una aceptación
total.
Ese día los estudiantes habían trabajado en los computadores
e imprimieron los textos. Las letras estaban borrosas por la acción de las
lágrimas en las hojas.
Ese mismo día, Aguda, Grave y Esdrújula aprovecharon la
oportunidad en el computador para abrir carpetas y navegar por todos los
trabajos. Descubrieron que no estaba habilitado el corrector de ortografía y de
ahí, la cantidad de errores cometidos en la acentuación de palabras.
Como salidas de un horizonte lejano, comenzó a aparecer en
la pantalla del monitor, las voces y escritura de la explicación que mantuvo
demasiado inquieto a Eduardo:
- Pienso que para aprender a tildar hay que saber qué es un
diptongo? – resaltó Aguda.
- ¿Y qué es un diptongo? – insistió Grave.
Del horizonte lejano, intempestivamente, saltó Diptongo y
comenzó a explicar su naturaleza:
- Yo soy la unión de dos vocales una cerrada y otra abierta.
Sin embargo, cuando la mayor fuerza de voz cae sobre mi vocal cerrada, sufro un
rompimiento o separación. Las vocales abiertas son: a/e/o y las cerradas i/u.
Por otro lado, cuando hay dos vocales abiertas juntas no produzco ningún diptongo
–terminó de explicar Diptongo.
- ¿Por qué no suministras ejemplos? – suplicó Esdrújula.
- Miren bien estos ejemplos específicos- recalcó Diptongo:
a/e/re/o
a/gua
Ra/úl
Te/ní/a
Tie/ne.
Nuevamente toma la palabra Aguda diciendo:
---Yo me colocó la tilde en la última sílaba cuando termino
en n y s. De igual forma, al terminar en vocal. No olviden que las sílabas se
cuentan de derecha a izquierda. Examinen lo siguiente:
Co/ra/zón
In/te/rés
Ma/má
- ¿Y qué es una sílaba? - quiso saber Esdrújula.
Aguda que estaba al frente del grupo, explicó muy serena:
--- Una sílaba es un
grupo de letras que surgen cuando mochas o divides las palabras. Te explicó
mejor: pronuncia pausadamente con golpes de palmadas: corazón/ interés/café/mamá/ y tendrás:
Co-ra-zón
In-te-rés
Ca-fé
Ma-má
Eduardo pensó que todo había terminado pues escuchó un
silencio de madrugada. Segundo después, mientras retiraba sus ojos del
computador llegó nuevamente a él una conversación:
- A mí me gustaría agregar que yo llevó la tilde en la
penúltima sílaba y me pasa lo contrario a Aguda. Es decir, me tildo cuando no
termino en n y s ni en vocal. Observen los ejemplos: árbol – espadas – leve –
soldado – azúcar – césped – escribía tranquilamente Grave.
- Y qué pasa con ataúd-- preguntó esdrújula que caminaba
sobre la palabra ataúd en el texto “La
Peste del Olvido”.
- En el mundo todo está reglado, pero no se puede vivir
demasiado pegado a la regla. Por eso existe la flexibilización de la norma y en
mi caso ese ejemplo es una excepción. Volvamos al principio respondió Aguda.
--- Ataúd se refiere a mí, pues es Aguda. No debería
tildarse por terminar en una consonante distinta a n y s. Aquí se rompe la
norma o regla y me tildo, porque la mayor fuerza de voz o acento fonético cae
en la vocal cerrada. Entonces tenemos:
A-ta-úd.
Otro ejemplo sería: Bú-ho
Aguda salió al encuentro de Esdrújula, quien exclamó:
- ¡Yo soy afortunada! Siempre llevo la tilde en la antepenúltima
sílaba. No tengo ninguna regla que quebrante esa virtud.
Desde la estancia, Grave dejaba escapar un grito que exigía
una respuesta:
- ¿y cómo se sabría
dónde está la mayor fuerza de voz?
Esdrújula que estaba un poco separada de grave comento:
-- Hay que hablar pausadamente para determinar la sílaba
donde cae la mayor fuerza de voz. Todavía es mejor cuando lo haces sin
pronunciar las palabras. Si logras llevarlo a cabo, entonces has avanzado
muchísimo en el tema de la acentuación.
Todo se vistió de un silencio reflexivo que sirvió para que
Eduardo plasmara las diferentes conversaciones en forma ordenada. A la mañana siguiente,
las entregó a los estudiantes para una lectura silenciosa y significativa. El
texto lo bautizó con el nombre de: SU
MAJESTAD LA TLDE: UN CAMINO PARA LLEGAR A LA ACENTUACIÓN
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