Vivir la vida con la incertidumbre a cuestas
es sentir cada esperanza metastizada
que hace de mi cuerpo un templo colapsado en vida.
Cada día me fastidia la rrecurrencia insípida.
Cada día languidece mi existencia terrenal.
¡Tan absurdo ha sido mi proceder!
Por más que quiero no puedo entender
este lento y progresivo fallecer.
Y si de pronto una bendición eclosiona mi ensueño
entonces renacerá la locomoción en mi ser
que simulará connotar por las calles
con la hermmosa redondez del mundo.